Ritmo
Todo fluye y refluye, tiene avances y retrocesos. Imagina un péndulo y golpéalo. Cuando lo golpeas el péndulo se desplaza primero arriba y luego baja y se desplaza en sentido contrario con la misma fuerza. Digamos que los movimientos de ida y vuelta son el mismo. Pero si golpeas con excesiva fuera, este sobrepasa el límite y sube hacia arriba dibujando una circunferencia y volviendo a caer por el lado contrario.
No es el exceso de energía lo que desestabiliza el péndulo, sino el grado de importancia.
El miedo es el potencial excesivo más fuerte que existe. Si excedes el grado de importancia provocarás que el péndulo te lleve del lado contrario. Cuando temes algo, deseas algo con mucha intensidad porque temes perderlo. Entonces provocas potencial excesivo que desestabiliza el péndulo y la fuerza te llevará al extremo contrario.
Cuando te impacientas estas desequilibrando la balanza. La impaciencia proviene del miedo. Si no confías, la duda te llevará a la preocupación y finalmente al miedo. Y así verás alejarte tu objetivo cada vez más.
Dar las gracias es una buena manera de reducir el grado de importancia. Agradece lo que ya tienes, agradece lo que estas pidiendo, y sigue con tu vida esperando a que tu deseo se manifieste en armonía con Universo y de manera perfecta.